25 marzo 2014

Sentidos atentos




Imagen tomada de: http://loscincosentidosusodemedios.blogspot.com/

Todavía con procesos pendientes de resolver en la Sala de lo Constitucional, Salvador Sánchez Cerén ha sido declarado presidente electo por el Tribunal Supremo Electoral al declarar en firme los datos del escrutinio final.

En estos días veremos qué resuelve el máximo tribunal en materia constitucional a las peticiones realizadas por la oposición, como todos y todas estoy pendiente, revisando de cuando en cuando la cuenta de twitter, para ver si han publicado algo.

Pero Salvador tiene muchas más cosas por las cuales preocuparse, además de la Sala de lo Constitucional y su posible resolución, tiene que empezar a dar señales claras y no discursivas de un acercamiento franco y directo con la oposición; nombrar la comisión de alto nivel e iniciar esa negociación de cara a la población. Si ARENA no se presenta, ni los demás que le acuerpan, como ANEP y FUSADES, serán ellos los intransigentes, pero Salvador está obligado a montar ese primer esfuerzo. Por supuesto que se debe incluir a todas las fuerzas vivas de la sociedad en un diálogo de nación, pero me refiero a la oposición en particular, juntamente con su Asociación Empresarial y su tanque de pensamiento, porque es de ahí que vienen los tambores de guerra y nuestro país debe seguir adelante, además que ellos aglomeran, sino a la totalidad, si a buena parte de la derecha salvadoreña.

Corrupción en todas sus formas, desde el funcionario sinvergüenza que consigue contratos para su oficina particular, pasando por el que contrata a su amante de asistente personal, hasta el que roba millones al Estado, todos son corruptos y debe tenerse tolerancia cero. De la misma forma, deben de establecerse controles para verificar que las contrataciones se den por capacidad; tenemos un Estado plagado de amantes heredadas o hijos de “ciertas” personas, incluso ese trato que hacen de “yo contrato a tu sobrino, si vos contratas a mi esposa” debe terminar.  Esto no sólo se da en el gobierno central, esta práctica es común en los juzgados de todo el país, todos lo sabemos, y si alguna vez hizo prácticas en el sistema judicial, pudo ver esto de cerca. 

Negociación con los sindicatos, sobre todo con los del Estado, que cada vez que ven un aumento de presupuesto caen como aves de rapiña y piden bonos, evitando que la institución encause esos recursos a mejorar los servicios hacia los administrados –nosotros y nosotras- es urgente que Salvador se siente con estos sectores, si en verdad queremos que los refuerzos a los presupuestos beneficien a los que en realidad lo necesitan. En el Estado estamos infestados de sindicalistas que han hecho su modo de vida estar en el sindicato; no trabajan y pasan en reuniones a diario, además de presionar cuando hay nuevas plazas para incluir a sus familiares -hay que ponerle un alto- creo que es una buena oportunidad para demostrar liderazgo.

Reforma fiscal y el tema de pensiones: muchos escriben de ambos temas, explicaciones del por qué y el para qué sobran, la cosa es que se haga y necesitamos que la empresa privada, Estado y sindicatos trabajen en función de esto, urge, son temas impostergables, no podemos seguir dándole largas, es como pasar el globo que se va inflando de mano en mano –como en las fiesta infantiles- solo cerramos los ojos y esperamos que no estalle y nos permita pasarlo al siguiente.

El manejo de la tregua, sea o no incentivada desde el gobierno, es indispensable sea transparentado, sobre todo porque muchos consideramos que puede ser un componente que bien encausado nos puede ayudar a resolver el problema de las pandillas. A estas alturas del partido no se trata ni sólo de reprimir, ni sólo de programas de prevención, necesitamos un algo más y ahí puede andar ese tema, pero de manera clara y a luz de todos y todas.

Aumentos sustanciales a los presupuestos de Salud, Educación, UES, Cultura y Deporte, son los más importantes. Que salud deje de ser curativo y se vuelva preventivo, que en educación se inicie la evaluación, selección y capacitación de maestros y maestras de calidad que nos ayuden a que desde temprana edad podamos observar las capacidades de los alumnos/as e ir incentivando esa habilidad o don –como quiera llamarlo- de modo que nuestros hijos/as dejen de estudiar carreras que subsidian a las universidades, sí, esas con las que las universidades hacen su ingreso y en las cuales permite que ingresen miles de jóvenes no importándoles si los jóvenes traen o no las capacidades para ellas. Que la Universidad El Salvador tenga un presupuesto decente, que se disponga de buenos catedráticos, campus y ante todo alumnos competentes y competitivos, impulsar las carreras técnicas –no todos tienen que ser licenciados y el serlo no te garantiza triunfo- cultura y deporte deben ser vistas y tratadas como las dos piernas que necesitan nuestras nuevas generaciones para caminar lejos de la maras, drogas y crimen en general, apostar a ambas es fundamental.

Permanencia y focalización de programas sociales. Es importante que se mantengan y ciertamente que deben ser sostenibles en el tiempo, por supuesto temporales, porque la idea es que lleguen a los que lo necesitan y que se logren cambiar las condiciones en las que se vive para que deje de necesitar este apoyo y abandone el programa con herramientas que le permitan salir de la pobreza y deje el espacio para incorporar a otra persona que también necesita ese impulso.

El compromiso con la transparencia y la institucionalidad deben ser concretos y tangibles, ya pasó la campaña, y aunque Salvador aun tiene “procesos pendientes”, me parece que es necesario que sea el líder que se necesita en todos estos temas y otros muchos más, esencialmente que se materialice aquello de “unir, crecer e incluir”. 

No es necesario decir que él será presidente gracias a mi voto, así como Funes lo es ahora, pero amor no quita conocimiento; pasó a las filas de la contraloría social, al monitoreo de promesas, al seguimiento de los pasos que de el nuevo presidente y de los pasos que darán las personas de las cuales se rodeara para gobernar este país, espero mucho de Salvador, espero no tener decepciones. Doy mi beneficio de la duda, doy paso a la esperanza, pero con todos mis sentidos atentos, para señalar lo que está bien y gritar contra lo que hagan mal.

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