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Imagen tomada de: http://loscincosentidosusodemedios.blogspot.com/ |
Todavía
con procesos pendientes de resolver en la Sala de lo Constitucional, Salvador
Sánchez Cerén ha sido declarado presidente electo por el Tribunal Supremo
Electoral al declarar en firme los datos del escrutinio final.
En
estos días veremos qué resuelve el máximo tribunal en materia constitucional a
las peticiones realizadas por la oposición, como todos y todas estoy pendiente,
revisando de cuando en cuando la cuenta de twitter,
para ver si han publicado algo.
Pero
Salvador tiene muchas más cosas por las cuales preocuparse, además de la Sala
de lo Constitucional y su posible resolución, tiene que empezar a dar señales
claras y no discursivas de un acercamiento franco y directo con la oposición;
nombrar la comisión de alto nivel e iniciar esa negociación de cara a la
población. Si ARENA no se presenta, ni los demás que le acuerpan, como ANEP y
FUSADES, serán ellos los intransigentes, pero Salvador está obligado a montar
ese primer esfuerzo. Por supuesto que se debe incluir a todas las fuerzas vivas
de la sociedad en un diálogo de nación, pero me refiero a la oposición en
particular, juntamente con su Asociación Empresarial y su tanque de
pensamiento, porque es de ahí que vienen los tambores de guerra y nuestro país
debe seguir adelante, además que ellos aglomeran, sino a la totalidad, si a
buena parte de la derecha salvadoreña.
Corrupción
en todas sus formas, desde el funcionario sinvergüenza que consigue contratos
para su oficina particular, pasando por el que contrata a su amante de
asistente personal, hasta el que roba millones al Estado, todos son corruptos y
debe tenerse tolerancia cero. De la misma forma, deben de establecerse
controles para verificar que las contrataciones se den por capacidad; tenemos
un Estado plagado de amantes heredadas o hijos de “ciertas” personas, incluso
ese trato que hacen de “yo contrato a tu sobrino, si vos contratas a mi esposa”
debe terminar. Esto no sólo se da en el
gobierno central, esta práctica es común en los juzgados de todo el país, todos
lo sabemos, y si alguna vez hizo prácticas en el sistema judicial, pudo ver
esto de cerca.
Negociación
con los sindicatos, sobre todo con los del Estado, que cada vez que ven un
aumento de presupuesto caen como aves de rapiña y piden bonos, evitando que la
institución encause esos recursos a mejorar los servicios hacia los
administrados –nosotros y nosotras- es urgente que Salvador se siente con estos
sectores, si en verdad queremos que los refuerzos a los presupuestos beneficien
a los que en realidad lo necesitan. En el Estado estamos infestados de
sindicalistas que han hecho su modo de vida estar en el sindicato; no trabajan
y pasan en reuniones a diario, además de presionar cuando hay nuevas plazas
para incluir a sus familiares -hay que ponerle un alto- creo que es una buena
oportunidad para demostrar liderazgo.
Reforma
fiscal y el tema de pensiones: muchos escriben de ambos temas, explicaciones
del por qué y el para qué sobran, la cosa es que se haga y necesitamos que la
empresa privada, Estado y sindicatos trabajen en función de esto, urge, son
temas impostergables, no podemos seguir dándole largas, es como pasar el globo
que se va inflando de mano en mano –como en las fiesta infantiles- solo
cerramos los ojos y esperamos que no estalle y nos permita pasarlo al
siguiente.
El
manejo de la tregua, sea o no incentivada desde el gobierno, es indispensable
sea transparentado, sobre todo porque muchos consideramos que puede ser un
componente que bien encausado nos puede ayudar a resolver el problema de las
pandillas. A estas alturas del partido no se trata ni sólo de reprimir, ni sólo
de programas de prevención, necesitamos un algo más y ahí puede andar ese tema,
pero de manera clara y a luz de todos y todas.
Aumentos
sustanciales a los presupuestos de Salud, Educación, UES, Cultura y Deporte,
son los más importantes. Que salud deje de ser curativo y se vuelva preventivo,
que en educación se inicie la evaluación, selección y capacitación de maestros
y maestras de calidad que nos ayuden a que desde temprana edad podamos observar
las capacidades de los alumnos/as e ir incentivando esa habilidad o don –como
quiera llamarlo- de modo que nuestros hijos/as dejen de estudiar carreras que
subsidian a las universidades, sí, esas con las que las universidades hacen su
ingreso y en las cuales permite que ingresen miles de jóvenes no importándoles
si los jóvenes traen o no las capacidades para ellas. Que la Universidad El
Salvador tenga un presupuesto decente, que se disponga de buenos catedráticos,
campus y ante todo alumnos competentes y competitivos, impulsar las carreras
técnicas –no todos tienen que ser licenciados y el serlo no te garantiza
triunfo- cultura y deporte deben ser vistas y tratadas como las dos piernas que
necesitan nuestras nuevas generaciones para caminar lejos de la maras, drogas y
crimen en general, apostar a ambas es fundamental.
Permanencia
y focalización de programas sociales. Es importante que se mantengan y
ciertamente que deben ser sostenibles en el tiempo, por supuesto temporales,
porque la idea es que lleguen a los que lo necesitan y que se logren cambiar
las condiciones en las que se vive para que deje de necesitar este apoyo y
abandone el programa con herramientas que le permitan salir de la pobreza y
deje el espacio para incorporar a otra persona que también necesita ese
impulso.
El
compromiso con la transparencia y la institucionalidad deben ser concretos y
tangibles, ya pasó la campaña, y aunque Salvador aun tiene “procesos
pendientes”, me parece que es necesario que sea el líder que se necesita en
todos estos temas y otros muchos más, esencialmente que se materialice aquello
de “unir, crecer e incluir”.
No
es necesario decir que él será presidente gracias a mi voto, así como Funes lo
es ahora, pero amor no quita conocimiento; pasó a las filas de la contraloría
social, al monitoreo de promesas, al seguimiento de los pasos que de el nuevo
presidente y de los pasos que darán las personas de las cuales se rodeara para
gobernar este país, espero mucho de Salvador, espero no tener decepciones. Doy
mi beneficio de la duda, doy paso a la esperanza, pero con todos mis sentidos
atentos, para señalar lo que está bien y gritar contra lo que hagan mal.
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