Nuestro país está en deuda con varios sectores de la sociedad, y uno de los principales es el área de los maestros y maestras. Estos, que por su labor que no es otra que el “enseñar y educar a las futuras generaciones”, deberían tener un salario digno que les permitiese tener una pensión satisfactoria la cual les facultaría a retirarse y descansar. Lo anterior no constituye “populismo”, sino que es una realidad puesto que en la medida en que se recibe un salario acorde al aporte que se hace existe más compromiso por parte del trabajador/a. No necesitamos inventar nada, ¿queremos mejorar?, entonces debemos empezar por lo primero y esto es mejorar la calidad de la educación. Ello se lograría capacitando buenos maestros, pagando buenos salarios y, sobre todo, haciendo una verdadera limpieza dentro del Ministerio de Educación para poder sacar esas “manzanas podridas” del sistema.

Inicio de clases, nuevos alumnos y viejas protestas…