Todos
y todas hemos visto las declaraciones dadas por el ex presidente Francisco
Flores Pérez, ante la comisión especial formada por los diputados en torno al
tema de los 10 millones de dólares que por denuncia del presidente Mauricio
Funes nos dimos cuenta hace un par de semanas.
Unos
logramos ver dichas declaraciones en vivo y en directo, otros se han enterado
por la transcripción de las mismas, y algunos por los varios artículos que han
comenzado a salir.
Muy
aparte de todos los análisis que se puedan hacer:
¿Hasta
cuándo nos vamos a indignar de verdad? Las declaraciones del ex presidente han
sido reveladoras y no jocosas como trató de caracterizarlas la Alcaldesa de
Antiguo Cuscatlán Milagro Navas; tampoco han sido claras como quieren hacerlo
ver los diferentes dirigentes del partido ARENA.
Ningún
presidente puede, en el ejercicio de sus funciones, solicitar dinero para el
país de manera privada y sin respetar los protocolos establecidos para esos
menesteres; menos puede recibir el dinero para su país en cheques y luego decir
sin presentar prueba alguna, que los entregó a los destinatarios y advirtiendo
que no los cambió. En ningún momento explica cómo se materializó esa supuesta
ayuda; esto se agrava más con el hecho que los supuestos beneficiaros de uno de
los rubros que dijo Flores Pérez, eran
los afectados en la tragedia de las Colinas el 2001, quienes han manifestado
que no recibieron esa ayuda.
Sus
ex funcionarios, incluido su vicepresidente, niegan haber tenido conocimiento
de esa donación directa, no hay testigos, no hay documentos que respalden a
quién se le entregó el dinero.
Ahora,
muchos hablan de la “Diplomacia del Dólar” como la gran explicación, diciendo
entre líneas que es el ex presidente de China-Taiwan el único culpable de esta transacción. Que
fácil y que nombre más bonito le han puesto a una práctica conocida como
“compra de voluntades o compra de votos en la ONU” -- demasiado elegante el término
para una práctica corrupta y vulgar. Esta práctica compromete el voto de un
país ante un organismo internacional a favor de otro país, todo porque el
presidente de turno fue comprado para que hiciera que el representante en esa
instancia endosara el apoyo a China-Taiwan.
Esta
demás hacer el análisis de quién peca más o quién es más corrupto, el que te
paga por pecar o el que peca por la paga, ambos en este caso son igual de
culpables de esta deplorable práctica.
Es
indefendible, no pueden justificarse las declaraciones del ex presidente; se
debe tener, como leí en un cuenta de tuiter de un buen amigo, “un costalito de
decencia” y no defender ese evidente hecho de corrupción.
Todos
y todas nos hemos indignado de diferentes formas. Muchos lo hacemos
escribiendo, pero yo, que he acompañado el esfuerzo de proteger la institucionalidad
del país endosando mi apoyo a la actual Sala de lo Constitucional, veo con
profunda tristeza que Aliados por la Democracia ha guardado un ignominioso
silencio ante este hecho. ¿Es que acaso esto no merece ni un pronunciamiento?
¿Es que acaso la corrupción solo se da cuando la hace otro y no uno de mi
cercanía? ¿Es acaso que los clamores de
transparencia e investigación solo funcionan hacia y en contra del bloque?
Pero
esto no es lo único que me preocupa; es más grave, gravísimo que el Fiscal
General de la República se encuentre en silencio, despierta sospechas que la
entrevista, interrogatorio, platica, coloquio o lo que sea que llegara a hacer
el ex presidente se mantuviera en absoluta reserva –si es que en verdad llegó-
pero el interrogatorio hacia el señor Salaverría fue de dominio público ¿Qué
pasa con el hombre fuerte del Estado? ¿Qué pasó con eso de “una fiscalía fuerte
y justa”? ¡Ahora es cuando señor fiscal! Usted debe aclarar si investiga o no
al ex presidente y si es así, vale la pena hoy más que nunca que le diga
“RESPETA AL FISCAL” al ex presidente Flores así como se lo impuso a un
periodista.
Me
uno a la petición del señor Salaverría : “QUE NO LE TIEMBLE LA MANO”, haga lo
necesario para tener un lugar en la historia, no por tener un momento mediático
ni fama, hágalo por nosotros y nosotras los que pagamos su salario con nuestros
impuestos, los que a través de la Asamblea Legislativa lo pusimos en ese lugar;
responda ante un país que está harto de ver como se llevan millones de nuestro
país en costales, en maletas y en cheques viajeros y que jamás hemos recuperado
un centavo de lo que han robado y ni siquiera tenemos la satisfacción de verlos
en un centro penal con una larga condena por actos de corrupción. De nada sirven
los discursos, es tiempo de acciones y este es el momento que la historia le ha
puesto en sus manos. No desaproveche esta oportunidad de hacer su trabajo bien
hecho y denos la cara, pero no con un discurso, díganos qué está haciendo o sea
honesto y diga NO ESTOY INVESTIGANDO, pero no nos tenga esperando y dándonos
falsas esperanzas que finalmente tenemos un Fiscal independiente; si tiene
amarres por amistad, vale más que entonces también lo diga y se separe de su
puesto, por dignidad y por transparencia, aunque yo aún tengo esperanzas que sí está investigando y que pronto habrán captura y una futura condena.
El
resto de la sociedad debemos salir a las calles, ya basta de conformarnos con
que un ex presidente nos sonría y nos diga "No fueron 10, fueron más"
y nosotros nos quedemos impávidos de estupor; en otros países más
desarrollados, se hubieran aglomerado miles afuera de la Asamblea Legislativa
para esperar a este personaje.
Ya
va siendo hora que nos hagamos responsables de los presidentes que hemos tenido
y no esperemos que solo el fiscal actúe; si nos quedamos cómodamente esperando
que sea otro el que haga o me resuelva, no vamos a avanzar.
No
permitamos que otro personaje quede impune -no otra vez- no se trata de evaluar
si hay o no campaña electoral, esa no es excusa para no investigar ni para no
exigir desde donde estemos, justicia.
¿Hasta cuándo
nos vamos a indignar?
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