30 diciembre 2013

El Apartheid salvadoreño



Con el reciente fallecimiento del emblemático líder Nelson Mandela y  la infinidad de reportajes y documentales sobre su vida y lucha contra la supremacía blanca, impuesta en su país por medio del famoso Apartheid, no hay ahora quien no pronuncie esa palabra, además de reconocer la luchas de Madiba y de solidarizarse con el encarcelamiento que vivió y su persecución política.

A pesar que muchos y muchas pronuncian de lleno esta palabra, en realidad no conocen la extensión de su significado; no era solamente una separación de razas, no era solo una segregación racial…Según sus creadores buscaba alcanzar el mayor desarrollo de cada grupo dentro de sus propios espacios. Obviamente las condiciones de educación, salud y vivienda estaban plenamente reducidos a su mínima expresión para las grandes mayorías; el voto, ni pensarlo.

Foto tomada de socialismointernacional.org
Ahora bien, nosotros en El Salvador vivimos nuestro propio “Apartheid tropicalizado”. Uno de los principales indicadores de esta segregación no racial es la ignominiosa estratificación de los salarios mínimos, uno para cada sector: los obreros un salario, los empleados otro salario y los campesinos otro salario; si el salario no es otra cosa que la remuneración económica que debemos recibir en base al esfuerzo laboral que todos y todas hacemos ¿Por qué lo dividen? El esfuerzo no es igual; quizá uno más físico que mental, pero al final ambos deberían recibir el mismo reconocimiento en cuanto al piso de donde inicia. No puede ser que se valore más un trabajo que otro, eso es una injusticia que se sigue perpetuando en este país, una deuda pendiente con los trabajadores del campo comparados con los trabajadores de los demás sectores, pues se les dice con esta segregación salarial, que su trabajo no vale tanto como el del sector servicio o comercio, esto se pone peor cuando se agrega el elemento de género, pues nuestras mujeresganan menos de lo que ganan los hombres, ¿Qué harán los candidatos y sus partidos ante esta realidad? Lo que han hecho hasta ahora, un poco menos que nada.


Es triste como nuestro Apartheid ha sido naturalizado, tanto que los sindicatos de la capital hacen paros para lograr que se les cancelen sus bonos navideños y no se solidarizan con sus compañeros en el campo, quienes reciben mucho menos ingreso que ellos y no tienen bono de ninguna índole; se han olvidado para qué y por qué debe existir la sindicalización, no son unidos; cada sindicato está podrido en pleitos internos por un lado para conservar el poder y no dar cuentas de las cuotas que reciben y, por otro, están los que quieren tomarse la dirección pero para cambiar de actores y no la obra, y el resto de la población vemos como diputados y diputadas recibe bonos y aceptamos que lo hagan sin mayor resistencia, así hemos visto como esta segregación salarial se ha instalado con toda comodidad en nuestro país.


En justicia y salud la historia no cambia. Dependiendo de quién eres así eres tratado en ambos, si robaste 100 jocotes  o una gallina, llegas con grilletes custodiado y se te condena a penas altas en procesos judiciales rápidos, donde se ve la eficiencia de la fiscalía y la pronta y cumplida justicia por parte de los jueces y juezas que ven estos casos. Por otra parte, si eres acusado por haber estafado a miles de familias vendiéndoles terrenos que no te pertenecen, ahí toman en cuenta la edad y las enfermedades del acusado y rápido se llega a las conclusiones de arrestos domiciliares, ya no digamos los beneficios que se tienen al ser acusado de un acto de corrupción, entonces la fiscalía no logra una condena y, si la logra, los jueces mandan a los condenados a pasar en bartolinas muy alejadas a la realidad que viven el resto de reos en Mariona, por supuesto que antes de llegar a esto en la etapa de instrucción, jamás te mandarán a prisión preventiva por peligro de fuga, pues se debe probar el arraigo y cuando tienes una hermosa residencia en zona exclusiva, jamás se le ocurre al juez que podas huir del país. Otra historia se da si vives en un cuartito de un mesón o en casa alquilada o eres dueño de tu ranchito en una comunidad marginal, a ese hay que meterlo preso, puede que se nos vaya, aunque el corrupto tiene visa y el dinero para tomar el primer vuelo que se le ocurra y el otro apenas reúne para el bus.

El Apartheid salvadoreño se vive a diario. La policía de tránsito lo ejerce, depende del tipo de vehículo que utilices o la ropa que llevas puesta te pueden dar trato de ciudadano con todos tus derechos o te pueden minimizar, maltratar, pedir mordida e incluso insultarte valiéndose de una enorme prepotencia dándote trato de delincuente, conclusión a la que llegan dependiendo de donde dice tu Documento Único de Identidad que es el lugar de tu domicilio - así pues si eres de Soyapango o cualquier otro municipio populoso, automáticamente eres etiquetado como pandillero, delincuente y vividor.

Mandela logro unificar a su país, no me canso de decirlo y sobre todo supo apartarse del poder cuando fue debido. En los actuales candidatos no logro divisar un mínimo de Mandela, ni siquiera un Lula o Pepe Mujica, eso me llena de tristeza porque parece que el Apartheid salvadoreño seguirá vigente por varios años y los contendientes en esta batalla electoral ni siquiera se han dado cuenta que recibirán un país segregado.

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